Reflexiones sobre el cambio y la autoaceptación
Cuando me miro en una foto, a veces no me reconozco.
La mujer que aparece ahí tiene líneas nuevas, otra forma de mirar, otro ritmo. No es la de antes… pero tampoco es menos.
Aceptar no es conformarse
Auto aceptarse no significa renunciar a cuidarse ni dejar de evolucionar. Significa dejar de pelearnos con el paso del tiempo y empezar a tratarnos con la misma ternura con la que cuidamos a las personas que amamos.
La sociedad nos empuja a pensar que solo valemos si parecemos jóvenes. Pero el verdadero cambio empieza cuando nos atrevemos a mirar con amor a la mujer que somos hoy: con historia, con cicatrices, con vida vivida.
El cuerpo que habitamos
Este cuerpo ha sostenido días buenos y días malos. Ha bailado, ha llorado, ha sanado, ha dado abrazos. No es “el de antes”, pero es el de ahora, y merece ser escuchado, cuidado y respetado.
Quizás hoy no nos sintamos igual frente al espejo, pero eso no significa que no podamos reconciliarnos con nuestra imagen. Poco a poco. Paso a paso.
Cosas que ayudan (aunque parezcan pequeñas)
-
Cambiar el diálogo interno. No digas “qué mal estoy”, di “esta también soy yo”.
-
Cuidarte sin exigencia. El autocuidado es amor, no castigo ni obligación.
-
Celebrar tus logros internos. No solo los que se ven, sino los que te sostienen por dentro.
No estamos solas
Este proceso no es individual. Compartir lo que sentimos, escucharnos unas a otras, también sana. A veces, solo necesitamos leer algo que diga: “yo también me siento así” para empezar a vernos con menos juicio y más compasión.
¿Y tú? ¿Qué parte de ti estás aprendiendo a aceptar?
Te leo en los comentarios 💬
Este blog comparte experiencias personales y aprendizajes propios. No soy profesional de la salud; si tienes dudas médicas, consulta siempre a un especialista.
Comentarios
Publicar un comentario