Rincón contra la soledad

Entre la multitud, una soledad que no siempre se ve

En ocasiones, cuando paseo por el parque, veo a mujeres sentadas solas en un banco. Algunas observan el entorno en silencio, otras hojean un libro o simplemente dejan pasar el tiempo. Y me pregunto: ¿estarán disfrutando de un rato para sí mismas… o será esa una soledad no deseada?

La soledad no siempre se ve, pero se siente. A menudo se esconde detrás de una sonrisa educada, de una rutina silenciosa o de una frase como “estoy bien, no te preocupes”. Muchas veces, quienes la experimentan no lo cuentan. Por miedo, por pudor, o porque ya no esperan que algo cambie.

En esta etapa de la vida —a partir de los 60— muchas mujeres atravesamos momentos de cambio: la jubilación, la marcha de los hijos, el duelo por una pareja, la pérdida de amigas de toda la vida. Y es entonces cuando el silencio empieza a pesar.

“Cuenta conmigo contra la soledad no deseada de nuestras personas mayores.”

Desde entonces, esa frase me acompaña. Me hace pensar en todo lo que podemos hacer, desde lo pequeño: una conversación, una llamada, una mirada atenta. Porque ninguna de nosotras debería sentirse sola sin quererlo.

Hoy quiero hablarte de esto, compartir contigo recursos que pueden ayudarte a ti o a alguien cercano. Y sobre todo, recordarte que aquí, en esta comunidad de "Mujer 60 y más", cuentas conmigo.

Seguiré compartiendo ideas, sitios y pequeños gestos que nos ayuden a sentirnos acompañadas. Porque juntas, ninguna estamos solas.