RINCÓN CONTRA LA SOLEDAD

  • Entre la multitud, una soledad que no siempre se ve

 En ocasiones, cuando paseo por el parque, veo a mujeres sentadas solas en un banco. Algunas observan el entorno en silencio, otras hojean un libro o simplemente dejan pasar el tiempo. Y me pregunto: ¿estarán disfrutando de un rato para sí mismas… o será esa una soledad no deseada?

La soledad no siempre se ve, pero se siente. A menudo se esconde detrás de una sonrisa educada, de una rutina silenciosa o de una frase como “estoy bien, no te preocupes”. Muchas veces, quienes la experimentan no lo cuentan. Por miedo, por pudor, o porque ya no esperan que algo cambie.

En esta etapa de la vida —a partir de los 60— muchas mujeres atravesamos momentos de cambio: la jubilación, la marcha de los hijos, el duelo por una pareja, la pérdida de amigas de toda la vida. Y es entonces cuando el silencio empieza a pesar.

En una publicación leí una frase que se me quedó grabada:

“Cuenta conmigo contra la soledad no deseada de nuestras personas mayores.”

Desde entonces, esa frase me acompaña. Me hace pensar en todo lo que podemos hacer, desde lo pequeño: una conversación, una llamada, una mirada atenta. Porque ninguna de nosotras debería sentirse sola sin quererlo.

Hoy quiero hablarte de esto, compartir contigo recursos que pueden ayudarte a ti o a alguien cercano. Y sobre todo, recordarte que aquí, en esta comunidad de "Mujer 60 y más", cuentas conmigo.

Seguiré compartiendo ideas, sitios y pequeños gestos que nos ayuden a sentirnos acompañadas. Porque juntas, ninguna estamos solas. 




  • ¿Qué es la soledad no deseada?

Y por qué no deberíamos normalizarla

En la publicación anterior hablábamos de esas mujeres que a veces vemos solas en un banco del parque. Mujeres que parecen estar bien, pero que tal vez están atravesando una soledad que no eligieron.

Hoy quiero dar un paso más allá y ponerle nombre a eso que muchas sentimos pero no siempre sabemos cómo expresar: la soledad no deseada.

¿Qué es la soledad no deseada?

No es simplemente estar sola.
Es sentir un vacío emocional, una desconexión, aunque haya gente cerca.
Es echar de menos una conversación sincera, un abrazo, una voz amiga.
Es sentir que no formas parte de nada, que nadie te espera ni te escucha.

Es mirar el móvil esperando una llamada o un mensaje que no llega.
Es una sensación silenciosa, pero muy profunda. Y muchas veces, se arrastra durante meses o incluso años sin decirse en voz alta.

¿Por qué nos afecta tanto en esta etapa de la vida?

A partir de los 60, muchas mujeres vivimos cambios que alteran nuestro mundo:

  • La jubilación y la pérdida del ritmo diario.

  • La marcha de los hijos o nietos que ya no vienen tanto.

  • La pérdida de una pareja o amigas de toda la vida.

  • Cambios de salud que limitan la movilidad o la energía.

  • Falta de espacios para compartir desde lo emocional.

Todo esto puede llevar, poco a poco, a una sensación de aislamiento que no buscamos, pero que nos va envolviendo.

Señales de que podrías estar viviendo soledad no deseada:

🔹 Pasan días sin que hables con nadie.
🔹 No tienes con quién compartir tus emociones.
🔹 Sientes que ya no eres parte de ningún grupo o círculo.
🔹 Empiezas a evitar salir, aunque por dentro te gustaría.
🔹 Te cuesta encontrar motivos para ilusionarte.

¿Y si empezamos a hablar de ello?

Sentir soledad no deseada no es una debilidad ni un fracaso. Es humano. Es una señal de que necesitamos conexión, compañía, escucha.

En Mujer 60 y más estamos creando este espacio para eso: para hablar sin miedo, para tendernos la mano, para recordarnos que todavía hay mucho por vivir y compartir.

💬 Cuenta conmigo.
Y si tú también quieres acompañar o ser acompañada, te invito a seguir este rincón.
Muy pronto compartiré ideas, lugares y acciones que pueden marcar la diferencia.



  • Solo tú puedes cambiar tu vida: no esperes que los demás te den la solución

Pedaleando hacia mi libertad

A veces, cuando la soledad pesa o la rutina se hace gris, es fácil caer en la espera: esperar que alguien llame, que alguien invite, que alguien cambie las cosas por nosotras.

Pero la verdad es que la verdadera transformación comienza dentro de nosotras mismas.

Nadie conoce mejor tus necesidades, tus deseos y tu valor que tú misma. Por eso, aunque sea difícil, el primer paso para mejorar tu vida está en tus manos.

Y ese primer paso puede ser tan simple como verte bienCuando te levantes, no empieces el día con las tareas de la casa o las preocupaciones de los demás. Comienza el día para ti: dúchate, maquíllate, arréglate. Sal fuera, aunque sea solo a dar un paseo corto.

La misma mujer. Dos energías distintas.  Cuando te eliges, todo cambia.


Cuidarte no es superficial, es una forma poderosa de decirte a ti misma que mereces atención, cariño y bienestar.

Puede ser también una llamada que tú haces, un nuevo hobby que decides probar, un paseo por el parque que te regalas, o simplemente buscar y aceptar ayuda cuando la necesitas.

No se trata de hacerlo todo sola, sino de tomar la iniciativa para abrir puertas y crear oportunidades.

Recuerda: Tú tienes el poder de cambiar tu historia.




  • Amistad y risas: el mejor remedio contra la soledad.

 

Hace poco leí en la revista 7 Días que Alcobendas se ha sumado a la red de la Comunidad de Madrid para luchar contra la soledad no deseada.

Me gustó mucho esta iniciativa y me animó a buscar más lugares en la región donde podamos encontrar apoyo para sentirnos acompañadas y salir de esa soledad que a veces pesa tanto.

Porque, aunque tengamos familia o gente cerca, la soledad no deseada puede estar ahí, silenciosa. Por eso es importante recordar que no estamos solas.

Una parte fundamental para vencer esa soledad es buscar amigas y construir una red de apoyo. La amistad nos ayuda a sentirnos valoradas, escuchadas y acompañadas. Compartir momentos, risas y nuevas experiencias con otras mujeres es un regalo que nos nutre el alma. Participar en actividades grupales, talleres o simplemente acercarnos a alguien nuevo puede abrir muchas puertas y llenar de alegría nuestro día a día. Nunca es tarde para hacer nuevas amigas, y cada paso que damos hacia conectar con otras es un paso hacia una vida más plena.


Recursos útiles:

En la página oficial sobre la prevención de la soledad no deseada de la Comunidad de Madrid (en el enlace) encontrarás una gran variedad de propuestas y actividades pensadas para acompañarte:

🔗 soledadnodeseada.es

Es importante recordar que la soledad no deseada no afecta solo a las personas mayores. También puede sentirse en otras etapas de la vida, como la juventud, la maternidad, después de una pérdida o en momentos de cambio. En esta página encontrarás recursos y programas pensados para todas las edades, adaptados a distintas situaciones y necesidades.

Algunas de las actividades que puedes encontrar:

  • Paseos en compañía

  • Grupos de WhatsApp

  • "Culteando" (actividades culturales)

  • Quedadas de cine

  • Programa de abordaje de la soledad

  • Servicios municipales dentro y fuera del domicilio

  • Soledad y prevención del deterioro cognitivo

  • Envejecimiento activo y saludable

Además, puedes consultar la programación de verano 2025 con propuestas especiales en los centros municipales de mayores de toda la Comunidad de Madrid.


En Alcobendas: 

Dirigirse para pedir ayuda.  Teléfono: 673 121 784 - Mail: soledadnodeseada@alcobendas.org


Si tú o alguien que conoces vive una situación de soledad no deseada, no dudes en contactar con estos recursos. La iniciativa está en manos de todos, y ningún camino debe recorrerse solo.




  • Un banco rojo para sentarse, hablar y no estar sola


Rincón contra la soledad – Mujer60 y más

En nuestras charlas anteriores hemos puesto palabras a una realidad que muchas conocemos: la soledad no deseada, esa sensación que puede colarse en la vida después de los 60, incluso cuando estamos rodeadas de gente.

Quiero compartir contigo una iniciativa preciosa que está tomando fuerza en muchas ciudades de España y que, estoy segura, puede ser un recurso valioso para nosotras y para nuestras comunidades: el banco rojo para compartir, impulsado por Cruz Roja.

¿Qué es un banco rojo para compartir?

Se trata de un banco pintado de rojo, colocado en parques, plazas y espacios públicos, que invita a las personas que se sienten solas a sentarse, y a quienes pasan por allí, a acompañar.

Suele llevar un mensaje como este:

“¿Te sientes sola? Siéntate. ¿Ves a alguien sentado? Acompáñala.”

La idea es sencilla, pero profunda: crear espacios de encuentro espontáneo y ofrecer compañía sin juicios ni trámites, solo el gesto humano de estar juntos.

¿Por qué son tan importantes?

Porque, como bien sabemos, a partir de los 60 la rutina puede volverse más solitaria y los círculos sociales más pequeños. Estos bancos nos recuerdan que no tenemos que esperar a que alguien “solucione” nuestra soledad, sino que podemos tomar la iniciativa para tender puentes y abrir espacios.

Es también un símbolo de que la comunidad puede y debe cuidarnos. No estamos solas, y el simple acto de sentarse y compartir un momento puede ser el primer paso para salir de ese aislamiento que pesa.

¿Dónde puedes encontrar un banco rojo?

En la Comunidad de Madrid, estos son algunos de los municipios donde ya se han instalado bancos rojos para compartir:

Leganés: en el Paseo Paquita Gallego

Móstoles: en la Plaza del Pradillo

Tres Cantos: en la Avenida de Colmenar Viejo

San Sebastián de los Reyes: en la Travesía de las Fuentes, número 6

Getafe: en el Parque El Greco

Alcorcón: en el Parque de la Paz

Además, puedes consultar con Cruz Roja local o el Ayuntamiento para saber si en tu municipio también han puesto alguno.

¿Y tú, te animas a sentarte?


Puede ser que un día te sientas sola y ese banco sea justo lo que necesitas. O que veas a alguien sentado y te acerques a compartir un rato. Puede que esa conversación sea el inicio de una nueva amistad, o simplemente un momento que alivie el alma.

En Mujer60 y más seguimos explorando caminos para acompañarnos, para cuidarnos y para recordarnos que nunca es tarde para buscar y ofrecer compañía.




 




Este blog comparte experiencias personales y aprendizajes propios. No soy profesional de la salud; si tienes dudas médicas, consulta siempre a un especialista.