Solo uno” puede abrir la puerta: mi lucha honesta contra la recaída y la adicción"
A veces creemos que “solo uno” no hará daño. Pero cuando se trata de una adicción, una sola rendija puede abrir la puerta entera. Hoy escribo desde la sinceridad más cruda. No para dar lecciones, sino para compartir una lucha que muchas conocemos: la de dejar el tabaco… y no dejarse a una misma en el intento. Esa maldita calada… Sí, ese cigarro que me fumé el otro día, “porque solo sería uno”, me ha revuelto todo. Como si una sola calada fuera suficiente para encender de nuevo la adicción. Desde entonces, mi cabeza no para. Me lleva, como si tuviera memoria propia, a los rincones de la casa donde alguna vez escondí cigarrillos: cajones, bolsos, chaquetas, incluso dentro de jarrones decorativos. Me siento como una ladrona, una detective desesperada… o peor, como una adicta a punto de cruzar un límite. Busco por si aún quedara alguno, como si fumármelo fuera a salvarme de algo. Y aunque me resisto a bajar a comprar tabaco, hay momentos en los que esa lucha se vuelve una tortura. ...